Las procesiones de
disciplina se documentan en la villa desde la llegada de San
Vicente Ferrer en el año 1.411; El Santo dominico,
junto con una comitiva formada por unas trescientas personas, recorre,
entre enero de 1411 y abril de 1.412, numerosas ciudades, villas y
aldeas del reino de Castilla. En unos casos, fuentes documentales
seguras y, en otros, escritos tardíos hagiográficos,
proporcionan abundante material para el conocimiento de lo que supone
su llegada a Castilla del "Martillo de Herejes".
En el caso de Medina
del Campo se dispone de ambos tipos de fuentes historiográficas;
entre las segundas de las citadas, hemos de encuadrar la noticia dada
por Juan Antonio de Montalvo en su Memorial Histórico de Medina
del Campo -1633- que reza literalmente: "Estuvo en Medina
del Campo el bienaventurado San
Vicente Ferrer el año de 1.411, y en ella
instituyó las primeras procesiones de disciplina, siendo esta
villa la primera que dio principio a tan gran servicio de Dios y ejemplo
para lo mismo a toda España según se colige de la Historia
y lo afirma Gil González de Ávila" -en I. Rodríguez
y Fernández, Hª. de Medina del Campo, 1.903. Página,
401.
La crítica más
reciente sobre la estancia castellana de San
Vicente Ferrer nos ofrece una base mucho más sólida
al respecto. El manuscrito más fiable que se conoce sobre su
itinerario es el denominado "Códice del convento del
Corpus
Cristi", estudiado por Pedro M. Cátedra
en su obra "Sermón, sociedad y literatura de la edad
Media". Tras pasar los últimos meses en Ayllón
y Santa María de Nieva, se acerca a tierras vallisoletanas
donde se encuentra con el rey Juan II. Con fechas seguras sabemos
que entre los días 19 y 22 de enero de 1.422 permanece en Medina
del Campo, todo ello avalado por la predilección que el regente
Fernando de Antequera, -Señor de Medina del Campo y principal
impulsor del viaje castellano del Santo- siente por su villa natal.
El insigne historiador
D. Armando de Represa en su pregón de la Semana Santa medinense
de 1984, decía al respecto según esta información:
"El origen de las procesiones de disciplina, -es decir, las
Procesiones de Semana Santa,- arrancan nada menos que de 1.411, y
son, por tanto, las primeras documentadas cronológicamente,
no solo de nuestro ámbito castellano, sino de España
entera".
No se conocen más
noticias relacionadas con el tiempo de Pasión que nos ocupa
hasta un siglo más tarde, cuando se funda en el convento dominico
de San
Andrés la "Cofradía
de la Santa Vera Cruz, San Andrés y San
Vicente Ferrer" cuya regla es aprobada en 1544,
siendo un hecho significativo que se funde al amparo de la orden de
Predicadores y tenga entre sus patronos titulares al Santo Valenciano.
A lo largo de la historia,
las noticias que conocemos de las hermandades penitenciales en Medina
del Campo nos hablan de dos cofradías de gran tradición,
bajo las advocaciones de la Vera Cruz -hoy
cofradía de la Orden del Huerto- y de la Quinta
Angustia de la Virgen -en
la actualidad Archicofradía de Ntra. Sra. de las Angustias-.
La cofradía
de la Vera Cruz data del año 1.544 y en 1.588 construye
su propio templo
con hospital de pobres y corral de comedias. La iglesia funciona como
auxiliar de la Colegiata
hasta 1948 y el corral de comedias, convertido en 1867 en teatro municipal
"Isabel
la Católica" fue demolido en la primera
mitad del siglo XX.
La cofradía
tenía además del paso titular que hay procesionada en
la Semana Santa,
un Nazareno, escultura de la segunda mitad del s. XVII, de vestir,
actualmente en la parroquia del cercano pueblo de el Campillo. El
Santo Sepulcro
cuyo Cristo
Yacente se guarda hoy en el convento de las Dominicas
Reales y es procesionado por la cofradía del Santo
Sepulcro, una Virgen
de la Soledad de bastidor y el
Lignun Crucis, cruz relicario de
plata del s. XVII. Sacaba procesionalmente de la iglesia
de la Cruz, en la tarde del Jueves Santo, varios pasos
en la vulgarmente conocida como "Procesión de los Pobres".
En cuanto a la cofradía
de la Quinta Angustia de la Virgen, los primeros datos
conocidos están fechados en 1567 y el 5 de julio de 1568 se
firma la escritura de concordia entre el Cabildo, la Colegiata
y la Cofradía
de Ntra. Sra. de las Angustias para dar asiento a la hermandad
en la Colegiata
y al igual que la cofradía
de la Vera Cruz -y en el mismo periodo Histórico-
sacaba una procesión completa de la Pasión de Nuestro
Señor en la tarde del Viernes Santo conocida popularmente como
"Procesión de los Ricos".
En 1738 construye capilla
propia a los pies de la Colegiata,
único templo penitenciario que ha perdurado en la villa, y
en cuyo altar mayor fue entronizada la imagen titular de la cofradía,
en 1749. En el retablo colateral de la epístola se conservan
dos estatuas de bulto del San Juan y María Magdalena del s.
XVII, procedentes del desaparecido paso de la Lanzada de Longinos
que procesionaba la cofradía. En el lado del evangelio a ambos
lados del Nazareno procesional, San
Juan y la Virgen que Parrado y Urrea, sugieren vincular al Cristo
de la Paz, obra de Juan Picardo.
Existió otra
cofradía denominada de la Virgen de la Misericordia cuyas constituciones
fueron aprobadas el 13 de junio de 1542, para esta cofradía
el escultor Melchor de la Peña realizó los pasos de
Jesús Nazareno y el grupo escultórico del Despojo de
Cristo, ambos perdidos en la actualidad.
Como dato curioso podemos
mencionar el suceso acaecido el 13 de abril de 1619, cuando durante
el Sermón de las Siete Palabras que se celebraba en el convento
de los Agustinos,
sede de la cofradía, se hundió la bóveda, muriendo
en el suceso más de doscientas personas y como recuerdo de
aquel hecho todos los días a las 9 de la mañana, la
campana del Címbalo en lo alto de la torre de la Colegiata,
toca en homenaje a los muertos de ese día.
"Medina vive
su siglo de oro en el renacimiento. Por ello la imaginería
de la Semana Santa
es principalmente renacentista, y determina que sus pasos procesionales
no tengan la escenografía barroca, extendida desde el foco
vallisoletano a otras poblaciones". -Salvador Andrés
Ordax, Pregón de la Semana Santa 1.993. Página 12-.
Las investigaciones
que actualmente se están realizando, ponen de relieve la importancia
de la Semana Santa
durante los siglos XVI y XVII, al poner de manifiesto la existencia
de otras cofradías, así como la existencia de pasos
procesionales de las cofradías, hoy desaparecidos.
La Semana
Santa medinense, lo mismo que la villa acusa el periodo
de decadencia, y es a partir de 1941, como consecuencia de unas misiones
que se celebran en la villa, partiendo de las dos únicas cofradías
existentes y con la fundación de otras nuevas, vemos renacer
lo que hoy son las manifestaciones procesionales de silencio y recogimiento
que definen la Semana Santa
Medinense. Desde 1984 que se funda la Junta de Semana Santa, por acuerdo
de todas las cofradías, incorporando nuevos pasos, con el Resucitado,
la Virgen
de la Alegría y el Lavatorio,
y creando y recuperando otras Procesiones, como la de la Vera Cruz,
el Encuentro, etc. La difusión que se hace de la misma a nivel
nacional e internacional hace que cada año el esplendor de
la Semana Santa
Medinense atraiga a más público para presenciar los
desfiles procesionales.
En 1993 es recogido
el mérito y valor artístico, histórico, religioso
y turístico, de la Semana Santa Medinense, al ser declarada
por la Junta
de Castilla y León
de Interés Turístico Regional.
En la actualidad la
Semana Santa
Medinense, cuenta con veinticinco "pasos" y once
desfiles procesionales, que empieza el Viernes de Dolores, con la
procesión de la Virgen
de las Angustias, patrona y alcaldesa perpetua de la villa,
está presidida por la Corporación Municipal bajo mazas.
El domingo de Ramos,
procesión de la Borriquilla,
en la que la alegría y algarabía de los niños
y secciones infantiles de las cofradías acompañan a
Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén.
Los rosarios de Penitencia,
el lunes y martes Santo, con el paso del Cristo
de la Penitencia, -anónimo del siglo XVI-
manifestación popular y silenciosa para hombres y jóvenes
que portando a hombros un Cristo
Crucificado rezan el Santo Rosario mientras recorren las
calles de la villa.
Esta procesión
tuvo su origen en 1957 en una procesión por la paz, con motivo
de la invasión de Hungría por el ejército ruso,
siendo actualmente la que mejor guarda la idiosincrasia de las procesiones
castellanas de antaño.